Margarida y Tiago se conocieron en una playa del Algarve. Era un día de verano, cuando la playa estaba llena de turistas disfrutando del sol y del mar. Margarida estaba tumbada en una toalla, leyendo un libro, cuando de repente una pelota vino rodando hacia ella. Tiago se acercó a recoger la pelota y se disculpó con ella, mientras se fijaba en su belleza. A partir de ese momento, empezaron a hablar y a conocerse mejor. Descubrieron que tenían muchas cosas en común, como su amor por la naturaleza y su pasión por el surf. Decidieron pasar el día juntos y compartieron momentos increíbles en la playa, hablando, riendo y disfrutando de la compañía del otro. Después de aquel día, Margarida y Tiago se dieron cuenta de que habían encontrado algo especial en el otro y no podían dejar de pensar en volver a verse. Así comenzó su historia de amor.
