Una tarde de verano en Moscú, Aleksandra estaba caminando por la calle con sus amigas. De repente, vio a un chico con una sonrisa encantadora y unos ojos tan claros como el cielo. No pudo resistirse y se acercó a él. Timur, quien estaba sentado en una cafetería cercana, estaba disfrutando del sol y la música cuando vio a la hermosa Aleksandra acercarse. Ella le parecía una maravilla de mujer y él no perdió la oportunidad de hablar con ella. Después de un primer encuentro muy ameno entre ellos, Timur decidió invitarla a dar un paseo por la ciudad. Durante el paseo, ambos se dieron cuenta de que tenían mucho en común. La música, el arte y los viajes eran algunas de sus pasiones. A medida que seguían conociéndose, su relación se hizo más fuerte. Aleksandra se enamoró de la manera en que Timur la hacía reír, mientras que él se enamoró de la seguridad y la determinación de Aleksandra. Finalmente, después de varios meses de citas y conversaciones interminables, Timur decidió pedirle a Aleksandra que fuera su novia. Ella aceptó sin dudarlo, y así comenzó una historia de amor que duraría para siempre.
