Clive-Clark y Tom-Tryon se conocieron en un vuelo hacia Los Ángeles. Ambos estaban sentados uno al lado del otro en el avión y empezaron a hablar con naturalidad. Descubrieron que tenían mucho en común, tanto en intereses como en búsquedas profesionales. Clive-Clark era un talentoso director de cine que buscaba un nuevo proyecto para trabajar, mientras que Tom-Tryon era un escritor buscando inspiración para su próximo libro. En el transcurso del vuelo, empezaron a discutir ideas, y al aterrizar, ya habían intercambiado números de teléfono y se habían comprometido a trabajar juntos en un guión para una película que se rodaría en Los Ángeles. Juntos, crearon una historia excepcional que se convirtió en un éxito de taquilla y ganó premios en todo el mundo. Así fue como Clive-Clark y Tom-Tryon se convirtieron en amigos para siempre, y su asociación creativa pasó a la historia de Hollywood.
