Grace Kelly y Tony Curtis trabajaron juntos en la película "La anguila" en 1954. Si bien se dice que inicialmente ella no lo encontraba atractivo, con el paso de los días se hicieron amigos y se divirtieron en el set. Luego de la película, Curtis escribió en sus memorias que habían pasado seis semanas maravillosas juntos y que Kelly era “una de las personas más queridas que he conocido”. En 1956, Kelly se casó con el príncipe Rainiero de Mónaco y se retiró de la actuación. La relación con Curtis siempre fue de amistad, aunque se mantuvieron en contacto esporádicamente a lo largo de los años. En una entrevista en 2011, Curtis habló de su amistad con Kelly y dijo que había sido una de las mejores cosas que le habían pasado en su vida.