Un día, Tonya Harding y Michael Smith-Other se encontraron en un parque mientras paseaban a sus perros. Los cachorros se acercaron el uno al otro y empezaron a jugar juntos, lo que llevó a que Tonya y Michael empezaran a hablar. Descubrieron que ambos amaban el patinaje artístico y habían estado compitiendo desde una edad temprana. Decidieron salir a patinar juntos al día siguiente y rápidamente se dieron cuenta de que tenían una química especial en el hielo. Con el tiempo, su amistad se convirtió en romance y comenzaron a entrenar juntos para los campeonatos de patinaje. Trabajaron arduamente y su dedicación y talento les dieron gran éxito en la pista de hielo. A medida que Tonya y Michael continuaron compitiendo juntos, también se apoyaron mutuamente en su vida cotidiana y se convirtieron en una pareja inseparable. Su amor por el patinaje y el uno al otro continúa hasta el día de hoy, y son considerados una de las parejas más exitosas en la historia del deporte.
