Un día Randy Spears y Tori Welles se encontraron en una convención de la industria del cine para adultos en Los Ángeles. Ambos estaban ahí promocionando sus nuevas películas y a pesar de que nunca habían trabajado juntos, ambos tenían una gran reputación en el mundo del cine para adultos. Randy notó a Tori en una sala de proyección, mientras ella estaba viendo una película. Él se acercó y la saludó, ella parecía un poco sorprendida pero muy amable. Al darse cuenta que ambos estaban en la misma industria, Randy comenzó a hablarle sobre algunos directores y actores que conocía en común, mientras Tori lo escuchaba con atención. Después de un rato, Tori le preguntó a Randy si le gustaría unirse a ella y a algunos colegas para ir a cenar esa noche. Randy aceptó y se unió al grupo. Durante la cena, Randy y Tori continuaron hablando sobre cine, pero también comenzaron a conversar sobre sus intereses personales y sus vidas fuera del trabajo. Descubrieron que compartían intereses en común como el arte y la música, y en ese momento Randy comenzó a sentir una conexión emocional con ella. Después de la cena, Tori le dio su número de teléfono a Randy y le sugirió que se pusieran en contacto en cuanto terminara la convención. Al día siguiente, Randy la llamó y le preguntó si quería encontrarse para tomar algo. Desde ese momento comenzó una bonita amistad y colaboraron juntos en varias películas, lo que llevó a una conexión todavía más profunda. Hasta el día de hoy, Randy Spears y Tori Welles siguen siendo amigos cercanos.