Alfonso II de Nápoles y Troia Gazzela tuvieron una relación compleja y controvertida durante su reinado en el Reino de Nápoles. Se dice que Troia Gazzela fue una concubina de Alfonso II, y su relación comenzó en 1499, cuando él era el príncipe heredero del reino y ella era una de las damas de honor de su madre. Aunque Alfonso estaba casado en ese momento con Ippolita María Sforza, no se sabe con certeza si su relación con Troia Gazzela comenzó antes o después de su matrimonio. Se cree que su relación no fue bien vista por muchos en la corte, incluyendo a la propia esposa de Alfonso. Sin embargo, ella logró mantener su posición en la corte y fue premiada con muchas tierras y posesiones por el rey. La relación entre Alfonso y Troia Gazzela no fue duradera, ya que ella murió en 1502. Se desconoce la causa de su muerte, pero algunos informes sugieren que fue asesinada por envenenamiento. A pesar de la controversia que rodea su relación, Alfonso II siempre mantuvo una actitud cariñosa hacia Troia Gazzela y la consideraba parte de su familia. De hecho, después de su muerte, ordenó construir una iglesia en su honor, la Basílica de Santa Maria delle Grazie, en el corazón de Nápoles. En general, la relación de Alfonso II con Troia Gazzela es recordada como una historia de amor trágica y enigmática, que sigue causando curiosidad y fascinación en la historia de Nápoles.
