La relación entre Christopher Isherwood y Truman Capote fue una de amistad y admiración mutua. Ambos escritores eran miembros de la comunidad literaria de posguerra de Nueva York y compartían un interés por la exploración de la identidad y las experiencias homosexuales en su obra. Isherwood nació en Inglaterra en 1904 y se mudó a California en la década de 1930. Fue allí donde conoció a Capote por primera vez en una fiesta en casa del escritor británico W.H. Auden. Isherwood quedó impresionado por el aura de sofisticación y glamour que rodeaba a Capote, así como por su talento innato para la escritura. La amistad entre los dos escritores floreció en la década de 1940, cuando ambos vivían en Los Ángeles. Compartían intereses similares en la literatura y la cultura, y a menudo asistían a cenas y eventos sociales juntos. Isherwood siempre admiró el ingenio y la agudeza de Capote, y lo consideraba un genio literario en ciernes. Sin embargo, la relación entre Isherwood y Capote no estuvo exenta de altibajos. En la década de 1950, Isherwood y Capote tuvieron una disputa pública que se centró en sus diferencias creativas. Capote acusó a Isherwood de escribir historias "aburridas" y "demasiado literarias", mientras que Isherwood criticó a Capote por su ego y su tendencia a exagerar la verdad en su trabajo. A pesar de esto, sin embargo, ambos escritores se mantuvieron en buenos términos y siguieron apoyándose mutuamente en sus carreras. La amistad entre Isherwood y Capote llegó a su fin en la década de 1970 cuando Capote reveló secretos íntimos de su vida privada en un artículo para la revista Esquire. Isherwood se sintió traicionado y distanciado de Capote por el resto de sus vidas. A pesar de esto, ambos escritores fueron pioneros para la comunidad LGBTQ en la literatura y su trabajo sigue siendo relevante hoy en día.
