Tyler-Riggs y Sofi-Berelidze se conocieron en una cafetería en el centro de la ciudad. Tyler había estado trabajando en un proyecto de arte en su portátil, mientras que Sofi estaba leyendo un libro en una mesa cercana. En un momento dado, Tyler soltó una risa involuntaria y Sofi, intrigada, levantó la cabeza para ver de qué se trataba. Tyler se disculpó y explicó lo que estaba haciendo; Sofi, que también era artista, se sintió atraída por su pasión y entusiasmo. Los dos comenzaron a hablar y descubrieron que compartían muchos intereses e ideas. Poco a poco, comenzaron a salir juntos y a colaborar en proyectos artísticos. Con el tiempo, su amistad se convirtió en un romance sincero y duradero. Hoy en día, Tyler y Sofi siguen trabajando juntos y explorando nuevas formas de arte y expresión juntos.