Ulises y Vannya se conocieron en una tarde de verano mientras paseaban por un parque en la ciudad. Ulises estaba sentado en un banco leyendo un libro, mientras Vannya caminaba con su perro. El perro se acercó al banco y comenzó a ladrarle a Ulises. Sorprendido, Ulises levantó la vista y vio a Vannya intentando calmar al perro. Después de unos minutos de conversación, Ulises se dio cuenta de que tenían mucho en común y le propuso a Vannya tomar un café. Juntos hablaron sobre sus intereses y proyectos, y de inmediato se dieron cuenta de que podrían ayudarse mutuamente. Desde entonces, Ulises y Vannya se han convertido en grandes amigos y colaboradores, apoyándose en todo momento en sus respectivas carreras profesionales. Y todo gracias a un perro que se acercó a un banco en un parque.
