Naz-Elmas y Umut-Eker se conocieron en una cafetería en el centro de Estambul. Ambos estaban esperando para ordenar cuando se dieron cuenta de que habían pedido exactamente lo mismo: un mocca con leche de almendras. Comenzaron a conversar y se dieron cuenta de que tenían mucho en común: les gustaba el arte contemporáneo, disfrutaban de viajar y compartían un amor por la música indie. De repente, la lluvia comenzó a caer fuerte y Umut ofreció a Naz su paraguas. Caminaron juntos por la calle, compartiendo historias y risas. En la siguiente esquina, sin decir una sola palabra, se dieron cuenta de que habían estado caminando en la dirección opuesta de sus respectivos hogares. Rieron juntos y decidieron tomar un taxi para seguir hablando. Desde ese día, Naz y Umut se convirtieron en inseparables, haciendo de cada uno de sus días una aventura emocionante y llena de diversión. Ahora, años después de aquella lluviosa tarde en la cafetería, siguen compartiendo cada momento de la vida juntos.
