Romola de Pulszky fue la esposa del famoso bailarín Vaslav Nijinsky. Conocido por su técnica y su gran habilidad como bailarín, Nijinsky cautivó al público europeo a principios del siglo XX. Nijinsky conoció a Romola en 1913, cuando ella asistió a una de sus presentaciones en Viena. La pareja comenzó una relación y se casaron en 1913, después de que Nijinsky renunciara a la compañía de ballet rusa. La relación entre Romola y Vaslav fue tensa en algunos momentos, debido al deterioro de la salud mental de Nijinsky. En 1919, fue diagnosticado con esquizofrenia y pasó gran parte de su vida posterior en hospitales psiquiátricos. Romola luchó con firmeza para cuidar a su esposo y asegurarse de que recibiera el mejor cuidado posible. También se encargó de la custodia de sus dos hijos, Kyra y Tamara, después de la muerte de Nijinsky en 1950. A pesar de los problemas que enfrentaron, Romola y Vaslav tuvieron una relación fuerte y cercana hasta el final. La historia de su amor y su lucha contra la enfermedad mental de Nijinsky ha sido retratada en libros, películas y obras de teatro a lo largo de los años.