Vadim-Kurkov y Vera-Sotnikova se conocieron en un café en el centro de la ciudad. Vadim estaba sentado en una mesa, trabajando en su computadora portátil mientras se tomaba un café. Vera entró en el café, buscando un lugar para sentarse, y notó la mesa de Vadim vacía. Se acercó a él y le preguntó si podía sentarse en la mesa. Vadim sonrió y le dijo que sí. Durante la siguiente hora, los dos comenzaron a hablar, discutiendo sus intereses y pasatiempos. Descubrieron que ambos eran fanáticos de la música indie y que les encantaba visitar pequeños bares y clubes para escuchar bandas en vivo. A medida que la conversación continuaba, Vadim y Vera se sintieron cada vez más conectados. Hablaban con entusiasmo y se reían juntos, compartiendo historias e impresiones sobre la vida en la ciudad. Cuando finalmente se despidieron, los dos intercambiaron números de teléfono y acordaron verse pronto para ir a un concierto juntos. Desde entonces, Vadim y Vera han estado juntos, compartiendo su amor por la música y explorando juntos todo lo que la ciudad tiene para ofrecer. Su amistad se ha desarrollado en un romance duradero y significativo, basado en la conexión y la pasión mutua por la vida.
