Alfred S. Bloomingdale fue un heredero y hombre de negocios estadounidense, ampliamente conocido por su vida extravagante y sus múltiples relaciones amorosas. Una de estas relaciones fue con Vicki Morgan, una ex modelo y actriz que se convirtió en su amante durante varios años en la década de 1980. Morgan, quien había trabajado anteriormente como modelo para Bloomingdale's (la tienda departamental fundada por la familia de Alfred), conoció a Bloomingdale en una fiesta en 1981 y comenzaron una relación romántica poco después. Durante su tiempo juntos, Morgan disfrutó de un estilo de vida lujoso y costoso gracias al generoso apoyo financiero de Bloomingdale. Sin embargo, la relación entre Bloomingdale y Morgan se tornó tumultuosa, con frecuentes discusiones y confrontaciones violentas. Además, Morgan amenazó en varias ocasiones con hacer pública su relación con Bloomingdale, algo que él temía profundamente debido a su matrimonio y reputación pública. En 1983, Bloomingdale finalmente puso fin a su relación con Morgan y la dejó sin apoyo financiero. Morgan intentó demandarlo por incumplimiento de contrato, alegando que habían acordado que él la mantendría económicamente a cambio de su compañía y favores sexuales. Sin embargo, la demanda fue desestimada por los tribunales. En 1983, la vida de Vicki Morgan se convirtió en un tema de interés público después de que fuera asesinada en su departamento de West Hollywood. Aunque nunca se encontró al autor del asesinato, se especuló que podría haber sido consecuencia de desacuerdos financieros con sus clientes de negocios y amantes. En resumen, la relación entre Alfred S. Bloomingdale y Vicki Morgan fue una de amor, lujuria y violencia, que finalmente terminó en una situación desafortunada para ambas partes.