Victoria Shaw y Roger Smith se conocieron en una cafetería cercana a la universidad donde ambos estudiaban. Victoria estaba sentada sola en una mesa y Roger llegó para ordenar un café. Al verla, sintió una extraña conexión y decidió acercarse para hablarle. Después de unos minutos de conversación, Roger le preguntó si quería estudiar juntos para el próximo examen. Victoria aceptó y desde entonces se convirtieron en compañeros de estudio inseparables. Juntos, compartieron no solo la pasión por el conocimiento sino también muchas aventuras y risas. Con el tiempo, su amistad se convirtió en algo más y ahora, años después, están casados y tienen hijos. Todo comenzó en aquella cafetería, gracias a un simple café y una conversación casual.
