Un día, Milly estaba caminando por el parque, disfrutando del sol de la tarde, cuando tropieza con alguien. Al levantarse, se da cuenta de que ha chocado con Vincent, un chico muy atractivo que estaba jugando frisbee con sus amigos. Milly se disculpa, pero Vincent le sonríe y le dice que no hay problema. Comenzaron a hablar y descubrieron que tenían muchas cosas en común, incluyendo su amor por la música indie y los libros de ciencia ficción. Decidieron intercambiar números de teléfono y, a partir de ese momento, comenzaron a hablar y salir juntos. Fueron a conciertos, museos y paseos nocturnos por la ciudad. Pronto se dieron cuenta de que habían encontrado a alguien especial. Ahora, años después de ese encuentro en el parque, Milly y Vincent están casados y son inseparables. A menudo bromeaban sobre como el tropezón y el frisbee los juntaron, pero ambos sabían que era algo más que una simple casualidad. Ese día en el parque cambió totalmente sus vidas y les permitió encontrar su felicidad juntos.
