Un día, Steve estaba en su estudio de grabación trabajando en su último proyecto musical. De repente, se dio cuenta de que algo no estaba funcionando en su equipo. Decidió llamar a un técnico para solucionarlo. Fue entonces cuando llegó Vitina, una técnica de sonido experimentada y apasionada por su trabajo. Ella tenía mucha energía y una sonrisa cálida en su rostro. Inmediatamente comenzó a trabajar en el equipo de Steve, mientras él la observaba y se asombraba de su habilidad. A medida que avanzaban las horas, Steve y Vitina comenzaron a hablar sobre música y sus intereses en el arte. Descubrieron que tenían muchos gustos en común y compartían una pasión por la vida y por vivirla al máximo. De repente, se dieron cuenta de que habían estado hablando durante horas y que habían olvidado completamente el problema del equipo. Steve le pidió a Vitina que lo ayudara a terminar su proyecto, y ella aceptó encantada. De esta manera, Steve-Gravers y Vitina-Marcus comenzaron su trabajo juntos. Y aunque al principio se conocieron por casualidad, desde ese día en adelante siempre trabajaron juntos en todo lo que hacían, convirtiéndose así en grandes amigos y colegas.