Elia Kazan y Vivien Leigh eran dos personalidades influyentes en el mundo del cine y el teatro en la década de 1950. La relación entre ambos se remonta a su trabajo conjunto en la obra "Tennessee Williams' A Streetcar Named Desire", en la que Kazan fue el director y Leigh la protagonista. La colaboración entre Kazan y Leigh dio como resultado uno de los trabajos más reconocidos en la historia del cine: la película "Un tranvía llamado deseo" (1951). Esta cinta, basada en la obra de Williams, recibió numerosos premios y es considerada una de las mejores películas de la época dorada de Hollywood. Aunque Kazan y Leigh mantenían una relación profesional cordial, se sabe que en el plano personal no eran cercanos. Kazan, de hecho, llegó a decir en una entrevista que Leigh era difícil de trabajar y que tenía problemas de salud mental que la hacían impredecible. A pesar de las diferencias, la colaboración entre Kazan y Leigh dejó una huella imborrable en la historia del cine y del teatro. Ambos artistas contribuyeron a la creación de una obra que sigue siendo valorada y reconocida en la actualidad.