Vivien Leigh y Orson Welles se conocieron en 1949 mientras trabajaban juntos en la película "That Hamilton Woman". Aunque Leigh estaba casada con Laurence Olivier, se dice que ella tuvo una aventura con Welles durante el rodaje. Después de la película, Leigh y Welles mantuvieron una amistad cercana, pero nunca volvieron a trabajar juntos en otra producción. Sin embargo, se dice que Leigh estaba tan impresionada con la habilidad de Welles como director que lo recomendó para dirigir la versión cinematográfica de la obra de teatro "Un tranvía llamado deseo", que ella protagonizó en 1951. En esa época, tanto Leigh como Welles estaban lidiando con problemas personales. Leigh luchaba contra su trastorno bipolar y su matrimonio con Olivier estaba en crisis, mientras que Welles estaba lidiando con su separación de Rita Hayworth y su reputación como director de cine estaba disminuyendo. A pesar de sus problemas personales, Leigh y Welles continuaron siendo amigos durante muchos años y se mantuvieron en contacto a través de correspondencia. Leigh incluso escribió una carta a Welles en 1957, en la que le agradecía por su amistad y le decía que siempre lo apreciaría. En resumen, la relación entre Vivien Leigh y Orson Welles fue breve pero significativa. Aunque nunca volvieron a trabajar juntos después de "That Hamilton Woman", su amistad duró muchos años y fue una fuente de apoyo durante momentos difíciles en sus vidas personales.