Un día, Ian y William se encontraron en una librería de Nueva York. Mientras ambos examinaban los libros, se dieron cuenta de que tenían un interés común por la literatura y el arte vanguardista. Rápidamente comenzaron a hablar sobre sus escritores favoritos y las tendencias artísticas del momento. La conversación fue excitante y se prolongó durante horas. Después de ese día, Ian y William siguieron encontrándose regularmente para hablar sobre sus proyectos y compartir sus ideas artísticas. Pronto descubrieron que también compartían un amor por el jazz y la música experimental, y comenzaron a asistir juntos a conciertos y sesiones de grabación. Su amistad se intensificó con el tiempo, y llegaron a ser conocidos en los círculos artísticos por su colaboración y su apoyo mutuo. Ian y William se convirtieron en una especie de dúo dinámico, siempre en busca de la próxima gran idea y el próximo gran proyecto. Su profunda amistad duró toda la vida, e influyó en su trabajo y en la cultura en general hasta el día de hoy.