Kushina-Uzumaki estaba caminando por las calles de Konoha cuando un bote de basura cercano se volcó, lo que la hizo detenerse en seco. Mientras se acercaba para ayudar a recoger la basura, notó a un joven también ayudando en la tarea. Era Yahama-Batista, quien estaba de paso en Konoha y había decidido ayudar en el mantenimiento de la ciudad. Kushina se presentó y ambos comenzaron a hablar. Descubrieron que tenían mucho en común, como su amor por la naturaleza y su pasión por el arte. Pasearon juntos por la ciudad y se tomaron el tiempo para conocerse mejor. A lo largo de su conversación, se dieron cuenta de que había una conexión especial entre ellos. Decidieron reunirse de nuevo al día siguiente y pasaron más tiempo explorando Konoha. Hablaron de sus planes y objetivos para el futuro, y descubrieron que sus sueños eran muy similares. Esta amistad se convirtió en algo más, y finalmente se enamoraron. Kushina y Yahama compartían una conexión única, una chispa que simplemente no podían ignorar. Juntos, exploraron la aldea, vivieron aventuras juntos y construyeron una relación que superó todos los obstáculos. Se enamoraron en Konoha, el lugar donde se conocieron, y allí construyeron su hogar juntos, con el amor y la dedicación que los unía.
