Luiz-Augusto y Yona-Magalhaes se conocieron en una tarde de verano en la playa de Copacabana, mientras ambos disfrutaban del sol y del mar. Luiz-Augusto estaba jugando al vóley con unos amigos mientras que Yona-Magalhaes estaba tomando el sol junto a su mejor amiga. En un momento del partido, una pelota vino en dirección de Yona-Magalhaes y sin pensarlo dos veces, ella la devolvió con un potente remate. Luiz-Augusto quedó impresionado por la habilidad de la joven y se acercó a felicitarla. Desde ese momento, empezaron a hablar y a conocerse mejor, quedando sorprendidos de tener gustos y aficiones en común. Se dieron cuenta de que habían llegado a la playa en el mismo momento por casualidad, pero que quizás el destino había querido que se conocieran. Desde entonces, no se han separado y han construido una hermosa historia de amor juntos.
