Yuhi-kurenai y Rainer-Maria-Wittenauer se conocieron en una biblioteca muy antigua ubicada en el corazón de la ciudad. Los dos estaban buscando un libro específico cuando accidentalmente chocaron entre sí. Al principio, se disculparon y siguieron en dirección opuesta, sin embargo, sus ojos se encuentran, y los dos sintieron una conexión instantánea. Yuhi-kurenai estaba buscando una novela de misterio japonesa y Rainer-Maria-Wittenauer buscaba un libro de poesía alemana. Después de hablar un poco más, descubrieron que ambos estaban interesados en la cultura y la literatura de sus respectivos países y decidieron intercambiar recomendaciones. Durante una hora, hablaron acerca de sus escritores favoritos y de las diferencias culturales entre sus naciones. Al final de su conversación, acordaron reunirse de nuevo para discutir más sobre sus intereses. A partir de ese día, se convirtieron en amigos cercanos y se reunieron en la biblioteca cada semana. Discutieron todo tipo de temas, compartieron historias interesantes y crearon una conexión especial entre ellos. Fue el inicio de una amistad duradera y duradera.
