Yukimaru caminaba por el camino del bosque, disfrutando de la paz y la tranquilidad que le ofrecía el lugar. De repente, escuchó unos sonidos extraños que venían de un costado y decidió investigar. Al acercarse un poco más, se encontró con una joven que parecía estar en problemas. Era Malese-Jow, quien había quedado atrapada en una red mientras intentaba buscar algunas plantas para sus pociones. Yukimaru corrió a su rescate, cortando las cuerdas que la sujetaban, y la ayudó a levantarse. Agradecida, Malese-Jow le explicó que era una bruja y que se dedicaba a hacer remedios y pociones para aliviar todo tipo de dolencias. Yukimaru estaba fascinado con todo lo que la joven tenía para contar, y juntos pasaron toda la tarde hablando de sus vidas y de sus pasiones. Desde ese día, Yukimaru y Malese-Jow se convirtieron en grandes amigos y se prometieron ayudarse mutuamente en todo lo que pudieran. Ya sea luchando contra criaturas sobrenaturales o compartiendo su conocimiento sobre hierbas y pociones, estos dos jóvenes siempre estarán ahí el uno para el otro.
