Un día soleado en las profundidades del océano, mientras Sandy Cheeks exploraba una cueva submarina, se topó con el pequeño Yukimarus-Mother. Al principio, Sandy se sorprendió al ver a un ser tan extraño y adorable como él, pero rápidamente se dio cuenta de que necesitaba ayuda. El pequeño yukimaru había perdido su camino y estaba separado de su familia. Sandy inmediatamente se ofreció a ayudarlo a encontrar a su madre. Juntos exploraron la cueva y encontraron algunos rastros de la familia de Yukimaru, como algas arrastradas por la corriente y pequeñas piedras marcadas con las huellas de otros miembros de la tribu de Yukimaru. Después de horas de búsqueda, finalmente llegaron a una gran cueva en la que yukimaru-mother estaba esperando con los brazos abiertos. Ella estaba tan emocionada de ver a su hijo a salvo que incluso invitó a Sandy a quedarse para la cena. Desde ese día, Sandy y Yukimaru-Mother se convirtieron en grandes amigos. A menudo trabajaban juntos en proyectos de investigación submarina o simplemente se divertían explorando las cuevas submarinas. Incluso encontraron algunos tesores ideales para Sandy en sus expediciones yukimaru pudieron aprender de Sandy cómo se vive fuera del mar.
