Un día soleado, Matías estaba caminando por el parque cuando escuchó una melodiosa voz que venía de un escenario cercano. Intrigado, se acercó para ver quién cantaba y allí se encontró con Yuridia, la dueña de esa voz tan cautivante. Después del concierto, Matías se acercó a Yuridia para felicitarla y comenzaron a charlar. Descubrieron que tenían muchas cosas en común, como su pasión por la música y los viajes. Desde ese día, comenzaron a hablar frecuentemente y a salir juntos a conciertos y eventos musicales. Se enfocaron en desarrollar su amistad y compartir sus experiencias y habilidades, haciéndose entusiastas seguidores del otro. Incluso comenzaron a escribir canciones juntos, interpretándolas en pequeños eventos y locales nocturnos, mientras hacían planes para seguir compartiendo su pasión por la música juntos. Así, Matías y Yuridia formaron una conexión musical y humana que continuará por siempre.