Yvette-Duguay y Robert-C-Anderson se conocieron en una hermosa mañana de primavera mientras paseaban por el parque. Robert, un apasionado de la fotografía, se detuvo a sacar fotos y fue en ese momento que Yvette lo notó. Preguntó si podía observar sus fotos y, a partir de ahí, comenzaron una charla muy interesante y fluida. Descubrieron que tenían muchas cosas en común, desde sus gustos musicales hasta sus libros favoritos. Sin darse cuenta, habían pasado varias horas juntos y decidieron intercambiar números de teléfono. Desde entonces, no han dejado de hablar y pasar tiempo juntos, cultivando una hermosa amistad que podría llegar a convertirse en algo más.