Un día soleado y caluroso, Jennifer, Stanley y George iban caminando por una calle concurrida de Nueva York. De repente, Jennifer se tropezo con una piedra y se cayó al suelo. Stanley y George la ayudaron a levantarse y le ofrecieron su agua para que se refrescara. Jennifer les agradeció y así comenzó su amistad. Por otro lado, Zac Clark estaba trabajando en su taller de carpintería cuando recibió la llamada de su amigo Stanley, quien le dijo que iba a estar con su nueva amiga Jennifer y que quería presentarle a alguien. Zac aceptó la invitación sin tener la menor idea de con quién se iba a encontrar. Ese mismo día, Jennifer, Stanley y George se encontraron con Zac en un café de la ciudad. Al principio fue un poco incómodo, pero la charla fluyó una vez que comenzaron a hablar de sus pasatiempos y sus trabajos. Jennifer mencionó que le encantaba la música y la fotografía, y Zac le compartió algunos de sus proyectos de construcción de guitarras y cámaras fotográficas. La conversación se volvió tan animada y divertida que decidieron seguir juntos el resto del día. Fueron a un concierto, a una expo de fotografía y terminaron cenando juntos en un restaurante italiano. Al final de la noche, Zac y Jennifer intercambiaron números telefónicos y prometieron mantenerse en contacto. Desde entonces, Jennifer, Stanley, George y Zac se han convertido en grandes amigos y siempre recuerdan con cariño ese día soleado en el que se conocieron.
