Zara y Roberto se conocieron en el set de una película para adultos en Madrid. Ambos eran actores y habían sido seleccionados para protagonizar la cinta. Al principio, se mantuvieron distantes y profesionales, pero durante los descansos empezaron a conversar y a compartir anécdotas de sus carreras. Descubrieron que tenían mucho en común y se cayeron muy bien. La química entre ellos fue evidente desde el primer momento, tanto que fueron los encargados de protagonizar varias escenas juntos en la película. A partir de ese día, Zara y Roberto mantuvieron contacto y fueron amigos inseparables.