Zine-el-Abidine Ben Ali y Leila Ben Ali fueron un matrimonio políticamente influyente en Túnez durante casi tres décadas. Zine-el-Abidine Ben Ali asumió la presidencia de Túnez en 1987 después de un golpe de estado en el que depuso al ex presidente Habib Bourguiba. Durante su gobierno, la familia Ben Ali acumuló una gran riqueza y poder político. Leila Ben Ali era conocida como una mujer de gran influencia en la política tunecina y, durante su tiempo como Primera Dama, fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO y obtuvo varios premios y honores internacionales por su trabajo para mejorar la educación y los derechos de las mujeres en Túnez. Sin embargo, la familia Ben Ali fue criticada por la opresión política en Túnez y las denuncias de corrupción y abuso de poder. En 2011, una serie de protestas populares masivas provocaron la caída del gobierno de Ben Ali y el exilio de la familia Ben Ali, quienes huyeron a Arabia Saudita. En 2013, en ausencia de Ben Ali, un tribunal tunecino la declaró culpable de corrupción y fraude en relación con varias propiedades y empresas llevadas a cabo por su familia. Fue condenada a 35 años de prisión y multada con una gran cantidad de dinero. Sin embargo, quedó en libertad condicional después de cumplir tres años de su condena. La relación entre Zine-el-Abidine Ben Ali y Leila Ben Ali fue una de poder compartido y mutuo apoyo político y personal durante su gobierno en Túnez. Sin embargo, su legado continúa siendo objeto de controversia y discusión en el país y en todo el mundo.
