Ewelina y Zora se conocieron en un congreso sobre inteligencia artificial en Madrid. Ambas asistieron a la misma conferencia y después de la sesión de preguntas y respuestas, se acercaron a hablar con el orador. Mientras esperaban su turno para hablar, ellas entablaron una pequeña charla. Fue así como descubrieron que estaban interesadas en los mismos temas y que trabajaban en áreas complementarias. Decidieron intercambiar números y correos electrónicos para mantenerse en contacto después del congreso. A partir de entonces, empezaron a conversar sobre proyectos, ideas y compartir artículos interesantes. Un mes después, Zora invitó a Ewelina a participar en un proyecto sobre reconocimiento facial y desde entonces, han trabajado juntas en diferentes proyectos. La conexión entre ellas fue inmediata, y se dieron cuenta de que no solo compartían intereses profesionales sino también personales. Desde entonces, se han convertido en amigas cercanas, y siempre se apoyan mutuamente en todo lo que hacen.
