Un día soleado de verano en Budapest, Gergo-koos y Zsofi-ii se encontraban en la misma plaza, sentados en bancos diferentes y absortos en sus pensamientos. Sin saberlo, ambos se encontraban en la misma situación, ya que estaban buscando ese algo especial en sus vidas. De repente, un gato callejero les llamó la atención al pasar corriendo entre ellos, haciendo que se encontraran con la mirada. Quedaron atrapados en una conexión instantánea, compartiendo una sonrisa tímida y una sensación inexplicable de simpatía. La curiosidad los llevó a ambos a acercarse el uno al otro, deseando saber más sobre esa extraña conexión. Gergo-koos fue el primero en hablar, preguntando si ella también había sentido lo mismo que él. Zsofi-ii sonrió tímidamente y respondió que sí, que había sentido una conexión mágica en ese momento. A partir de ese momento, iniciaron una conversación lenta, sin prisas, y comenzaron a conocerse mejor. Descubrieron que tenían intereses similares, cómo la música, la lectura y el arte, y que compartían el mismo sentido del humor. Poco a poco, fueron construyendo una relación sólida, llena de risas, momentos divertidos, y sobretodo, amor. Y así, gracias a un gato callejero, Gergo-koos y Zsofi-ii se encontraron y comenzaron su historia de amor.
