Cuando Gorog-Zita y Zsolt-Laczko se conocieron, estaban ambos en una exposición de arte en Budapest. Gorog-Zita se acercó a una de las obras de Zsolt-Laczko, una pintura abstracta con colores vibrantes y formas geométricas, y comenzó a examinarla de cerca. Zsolt-Laczko estaba parado cerca y vio la curiosidad en los ojos de Gorog-Zita. Hablaron sobre la pintura y Zsolt-Laczko explicó su técnica y proceso creativo. Gorog-Zita estaba fascinada por la forma en que Zsolt-Laczko manipulaba los colores y las formas para crear algo nuevo e inesperado. Zsolt-Laczko, por su parte, también estaba impresionado por el entusiasmo de Gorog-Zita por el arte. Continuaron hablando durante horas, discutiendo no solo el arte sino también la vida en general. Descubrieron que compartían muchas opiniones y perspectivas, y rápidamente se dieron cuenta de que habían encontrado a alguien especial. Después de esa exposición, Gorog-Zita y Zsolt-Laczko comenzaron a reunirse regularmente para hablar sobre arte y la vida. Eventualmente, su amistad se convirtió en algo más, y ahora son inseparables, unidos por su amor mutuo por la creatividad y la belleza.
