Richard Jenik es un hombre que ha experimentado muchas cosas en la vida. A pesar de tener un trabajo estable y una familia amorosa, siempre ha sentido cierto vacío en su interior. Con el tiempo, se dio cuenta de que lo que realmente le apasionaba era la música, y decidió dedicar todo su tiempo libre a aprender a tocar la guitarra. Después de años de perseverancia y práctica, Richard finalmente logró un nivel de habilidad que le permitió tocar en pequeños locales y festivales de la ciudad. Aunque no era famoso, esta actividad le permitió conectarse con muchas personas y ganar confianza en sí mismo. Sin embargo, las cosas tomaron un giro inesperado cuando Richard se mudó a otra ciudad por motivos laborales. Allí, no tenía amigos ni conocidos con los que compartir su música, y poco a poco se fue sintiendo deprimido. Afortunadamente, después de un tiempo, logró encontrar un compañero de banda y empezar a tocar de nuevo. Ahora, Richard se siente más feliz que nunca, habiendo encontrado una forma de expresión verdaderamente única.