Richard Kagan es un hombre que siempre ha sentido una gran pasión por la música. Desde pequeño, aprendió a tocar la guitarra y el piano, y durante su adolescencia, formó varias bandas con amigos. Durante sus años universitarios, decidió estudiar música y, después de graduarse, se trasladó a Los Ángeles para perseguir su sueño de convertirse en guitarrista de sesión.
A lo largo de los años, Richard trabajó con numerosos artistas de renombre, grabando en sus álbumes y actuando en sus giras. Siempre fue muy respetado y apreciado por su habilidad técnica, su creatividad y su capacidad para adaptarse a diferentes estilos musicales.
Sin embargo, a pesar de su éxito, Richard siempre sintió que algo faltaba en su vida. Empezó a interesarse por la meditación y la filosofía oriental, lo que le llevó a buscar un equilibrio entre su carrera y su vida personal. Comenzó a practicar yoga y a tocar música para su propio disfrute, sin preocuparse tanto por el éxito.
Hoy en día, Richard sigue activo en la industria de la música, pero su enfoque ha cambiado. Ha encontrado una mayor satisfacción en compartir su amor por la música y el yoga con los demás, enseñando clases y ayudando a otros a encontrar su propio camino hacia la felicidad y la tranquilidad interior.
Julie Hagerty y Richard Kagan se conocieron en un evento benéfico para la organización "Salvar los perros callejeros". Ambos estaban interesados en adoptar un cachorro y se encontraron en una mesa de registro. Julie comenzó a preguntar por un perro pequeño que pudiera llevar en su apartamento y Richard comentó que estaba buscando un compañero para correr en el parque. El representante del evento les sugirió que hablaran y tal vez pudieran encontrar un perro que les gustara a ambos. Después de intercambiar números, Julie y Richard decidieron ir a buscar perros juntos. Fue durante esta búsqueda que comenzaron a conocerse mejor, compartiendo historias de sus vidas y descubriendo que tenían una conexión única. Al final encontraron al perro perfecto para Julie y a un cachorro enérgico que también era ideal para Richard para entrenar en el parque. A partir de ese día, Julie y Richard comenzaron a salir regularmente y su amor por los perros se convirtió en algo más profundo.