Richard Taggart era un hombre con una vida llena de altibajos. Aunque su profesión era dentista, su verdadera pasión era la música, y siempre encontró la manera de mantenerla cerca de él. Cuando estaba en la universidad, tocaba en una banda de rock y seguía haciéndolo en su tiempo libre. Además, también participaba en obras de teatro y producciones musicales en su comunidad, lo que le permitía mantener su creatividad en constante flujo.
A pesar de los obstáculos que enfrentó en su vida personal, nunca perdió su amor por la música. Incluso cuando su matrimonio fracasó, continuó tocando y componiendo. Finalmente, su perseverancia dio frutos cuando fue invitado a tocar en un festival de música en Europa. Aunque estaba nervioso, su presentación fue un gran éxito y se convirtió en el trampolín para su carrera musical.
Después de ese evento, Richard se dedicó de lleno a la música, y además de continuar tocando y componiendo, comenzó a dar clases de guitarra a jóvenes en riesgo para ayudarlos a tener un pasatiempo productivo y a que se alejaran de la delincuencia. Richard nunca imaginó que su vida tomaría ese camino, pero se sintió feliz con la dirección que había tomado.
Lucy y Benjamin se conocieron por casualidad en un bar mientras disfrutaban de una copa de vino. Benjamin notó que Lucy estaba un poco triste y decidió animarla con una broma. Lucy se rió y comenzaron a conversar. Después de una agradable noche juntos, intercambiaron números de teléfono y prometieron volver a encontrarse.
Richard y Taggart se conocieron en una obra de teatro local. Richard estaba admirando la escenografía cuando Taggart se acercó a él y comenzaron una conversación sobre arte y teatro. Descubrieron que compartían muchos gustos y pasatiempos similares, y rápidamente se hicieron amigos. Desde entonces, han asistido juntos a muchas obras de teatro y han disfrutado de muchas discusiones profundas sobre la vida y el arte.