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Richard Williams (I)

Richard Williams (I)

Richard Williams nació en Texas el 16 de marzo de 1942. Fue el quinto hijo de seis hermanos y su familia se mudó a California cuando él era joven. Desde una edad temprana, Williams demostró un gran interés en el arte y, a los 12 años, comenzó a tomar clases de dibujo en el Instituto de Arte de Los Ángeles.

A pesar de tener dificultades en la escuela, Williams perseveró en su pasión por el arte y finalmente logró graduarse de la escuela secundaria. Después de esto, estudió en varias escuelas de arte, incluyendo la Escuela de Arte Chouinard en Los Ángeles.

A mediados de la década de 1960, Williams trabajó en varios estudios de animación, incluyendo Hanna-Barbera y Filmation. También se desempeñó como animador independiente para comerciales de televisión y películas.

En la década de 1970, Williams decidió iniciar su propio estudio de animación y fundó Richard Williams Animation Ltd. En 1971, su estudio produjo el cortometraje "The Little Island", que ganó el Oscar a Mejor Cortometraje Animado en 1974.

En 1988, Williams dirigió la animación de la película "¿Quién engañó a Roger Rabbit?" en colaboración con la productora de cine Amblin Entertainment de Steven Spielberg. El filme recibió un gran éxito y fue galardonado con varios premios, incluyendo tres Premios de la Academia.

Williams continuó trabajando en una variedad de proyectos a lo largo de su carrera, incluyendo la animación de la película "El cobrador de impuestos" (1990) y "La princesa y el sapo" (2009).

En años recientes, Williams ha sido reconocido por su contribución a la animación y ha sido galardonado con varios premios en honor a su carrera.

Relaciones amorosas

Myra Lewis

Myra Lewis

Esposa de Richard Williams (I)

1983 - -

Un día soleado de verano, Myra-Lewis y Richard-Williams-I se conocieron en una pequeña cafetería de la ciudad. Myra había estado buscando un lugar tranquilo para tomarse un café helado cuando tropezó con Richard, quien estaba sentado en una mesa cercana.

Después de entablar una conversación, descubrieron que tenían muchas cosas en común, como su amor por la música y los deportes. Richard incluso se ofreció a enseñarle a Myra a tocar la guitarra.

A partir de ese momento, se volvieron inseparables. Salían muy a menudo a pasear por la ciudad, a disfrutar de la música en vivo o a ver partidos de béisbol en el estadio local.

Finalmente, acabaron enamorándose y decidieron que querían pasar el resto de sus vidas juntos. Nunca se arrepentirían de aquel día en la cafetería en el que se conocieron y desde entonces, han sido una pareja feliz y exitosa.