Robert Kasabian llevaba una vida tranquila y rutinaria en su pequeño pueblo de Illinois. Trabajaba como mecánico en un taller local y disfrutaba de su tiempo libre en compañía de su esposa y sus dos hijos. Sin embargo, algo faltaba en su vida. Había sentido desde joven una gran pasión por la pintura, pero nunca había tenido el valor de explorar ese lado creativo suyo.
Un día, decidió que era hora de dar un giro radical a su vida. Comenzó a dedicar todas sus tardes y fines de semana a pintar y a estudiar técnicas de arte. A pesar de que al principio se sentía inseguro y torpe, poco a poco fue descubriendo su estilo y desarrollando su habilidad.
Con el tiempo, su trabajo fue ganando reconocimiento en los círculos artísticos de su región y comenzó a recibir encargos de galerías y coleccionistas. Aunque la fama y el éxito podrían haberle tentado a abandonar su humilde vida, Robert nunca perdió de vista lo que realmente importaba: su amor por su familia y su pasión por el arte.
Linda Kasabian y Robert Kasabian eran cuñados. Linda se casó con Charles Manson y se convirtió en uno de sus seguidores leales. Durante los asesinatos de la Familia Manson en 1969, Linda fue parte del grupo que perpetró los crímenes, pero ella no participó directamente en las muertes. Posteriormente, Linda se convirtió en testigo clave en el juicio contra Manson y los demás miembros de la Familia Manson. Robert Kasabian, hermano de Paul Kasabian, esposo de Linda, no estuvo involucrado en los asesinatos ni tenía relaciones cercanas con Charles Manson. Después de los asesinatos, Linda y Paul se divorciaron y Linda se alejó de la Familia Manson.