Robert Schumann fue un compositor, pianista y crítico musical alemán del siglo XIX. Nació en la ciudad de Zwickau, Sajonia, el 8 de junio de 1810. Desde joven, mostró un gran talento para la música y sus padres lo alentaron a seguir una carrera musical. Schumann estudió piano con Friedrich Wieck y se convirtió en uno de los pianistas más destacados de su época.
Además de ser un intérprete consumado, Schumann fue un prolífico compositor, creando música para piano, voz y orquesta. Sus obras más famosas incluyen el Carnaval, las Escenas de la infancia y la Sinfonía n. ° 1, entre muchas otras. También fue un influyente crítico musical y fundó una revista de música con su esposa Clara, una pianista virtuosa en su propio derecho.
A lo largo de su vida, Schumann luchó contra muchos problemas de salud mental, sufriendo episodios de ansiedad, depresión y alucinaciones. En 1854, se intentó suicidar arrojándose al río Rin y fue internado en un asilo mental por el resto de su vida. Murió el 29 de julio de 1856, a la edad de 46 años, dejando un legado musical duradero que sigue siendo amado y apreciado en todo el mundo.
La relación entre Clara y Robert Schumann fue una de las más influyentes y románticas de la época del siglo XIX. Se conocieron cuando Clara tenía solo ocho años y Robert, diecisiete, y desde entonces mantuvieron una estrecha amistad que evolucionó hacia el amor y la unión en matrimonio.
Clara fue una prodigiosa pianista y compositora, que alcanzó gran fama en su época. Robert, por su parte, era un compositor y crítico musical que presidió el movimiento romántico alemán. Ambos compartían la pasión por el arte, la música y la literatura.
El amor entre Clara y Robert creció hasta convertirse en una unión sólida en 1840, cuando se casaron después de mucho tiempo de luchar contra la familia de Clara, que se oponía al matrimonio. Sin embargo, la felicidad de la pareja no fue duradera. Pronto, la salud mental de Robert comenzó a deteriorarse y sus problemas de depresión y esquizofrenia se acentuaron.
Clara asumió la responsabilidad de sostener el hogar y cuidar de sus ocho hijos, mientras su esposo luchaba contra sus enfermedades mentales en instituciones psiquiátricas. A pesar de ello, nunca perdió la fe en Robert y luchó por su recuperación y rehabilitación.
Clara continuó tocando y componiendo, y pese a la carga que debió soportar, se convirtió en uno de los personajes más representativos del movimiento romántico alemán. Su relación con Robert es recordada como una de las historias de amor y lucha más inspiradoras del siglo XIX.