Roger Wolfe Kahn nació en 1907 en Nueva York, siendo el hijo del banquero Otto Kahn. Roger comenzó a estudiar música en su infancia, aprendiendo a tocar varios instrumentos, incluyendo el saxofón, la trompeta y el violín. A fines de la década de 1920, formó su propia banda de jazz, la "Roger Wolfe Kahn Orchestra", que incluía a algunos de los mejores músicos de la época.
La banda de Kahn logró un gran éxito en la década de 1930, grabando muchos éxitos como "Crazy Rhythm" y "She's a Great, Great Girl". Su estilo de jazz era más suave que el de otras bandas de la época, lo que le valió el apodo de "el ángel dorado del jazz".
Kahn continuó grabando y tocando música hasta la década de 1950, pero su carrera musical comenzó a disminuir a medida que el jazz y la música popular evolucionaron en nuevas direcciones. También enfrentó problemas de salud y financieros en sus últimos años y finalmente murió en 1962, a la edad de 54 años. A pesar de sus desafíos, Roger Wolfe Kahn es recordado como un talentoso músico y líder de banda que dejó un legado duradero en la historia del jazz.
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Un día soleado en Nueva York, Hannah caminaba por Central Park disfrutando de una paleta de helado de fresa cuando, de repente, se topó con un hombre atado a un árbol. Sorprendida y confundida, se acercó para ayudarlo a liberarse y fue entonces cuando se presentó: "Hola, soy Roger".
Después de liberarlo, continuaron conversando durante horas en el parque. Hablaron sobre sus vidas, sus intereses y sus sueños. Roger era un músico callejero que estaba trabajando en un nuevo álbum, mientras que Hannah era una joven fotógrafa buscando inspiración para su próximo proyecto.
A partir de ese día, no dejaron de verse. Visitaban juntos museos y galerías de arte, experimentaban con nuevas recetas en la cocina y tocaban juntos en los bares del barrio. A pesar de que eran muy diferentes, se complementaban perfectamente.
Poco a poco, su amistad se fue convirtiendo en algo más. A Hannah le encantaba quedarse despierta hasta tarde escuchando a Roger tocar la guitarra y cantar canciones de amor, mientras que Roger sentía que podía ser él mismo con Hannah y que ella lo entendía como nadie más.
Finalmente, después de una noche de besos y bailes bajo las estrellas, decidieron dar el gran paso y empezar una relación amorosa. Desde entonces, han pasado muchas cosas juntos: han viajado por todo el mundo, han vivido aventuras emocionantes y han superado obstáculos difíciles. Pero lo que siempre han mantenido es el amor que nació en ese día soleado en Central Park.