Rosemary Pearson vivía en una casa de campo rodeada de naturaleza y animales, disfrutando de la tranquilidad y la serenidad que le proporcionaba ese entorno. Siempre había sentido una gran pasión por la fotografía y por la pintura, y dedicaba buena parte de su tiempo libre a su arte. También le encantaba viajar y descubrir nuevas culturas y lugares, y cuando podía se escapaba a algún destino exótico o desconocido.
Aunque era una persona bastante introvertida, tenía un gran corazón y siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás. Por eso, colaboraba activamente en distintas organizaciones sin fines de lucro y se dedicaba a hacer voluntariado en su comunidad. Su vida podía parecer sencilla y humilde, pero en realidad era una mujer excepcional y llena de pasión, que disfrutaba de cada instante y de cada experiencia que la vida le brindaba.
Freddie Mercury y Rosemary Pearson mantuvieron una relación romántica entre 1985 y 1987. Rosemary Pearson era una de las coristas de Queen y Freddie se enamoró de ella mientras trabajaban juntos en el estudio de grabación. La relación comenzó en secreto ya que Freddie quería mantener su vida privada lejos de los focos mediáticos.
Sin embargo, la relación entre Freddie y Rosemary no fue fácil. Freddie estaba en plena lucha contra el VIH y Rosemary era la única persona en la que podía confiar y apoyarse. A pesar de ello, la relación se rompió en 1987, cuando Freddie comenzó a perder su batalla contra la enfermedad.
A pesar de la separación, Rosemary continuó siendo una gran amiga de Freddie hasta el final de sus días. Ella estuvo a su lado durante todo su tratamiento y cuidó de él hasta su muerte en 1991. Incluso después de la muerte de Freddie, Rosemary se mantuvo cercana a la familia del cantante y sigue siendolo hasta el día de hoy.