Roy Sedley se dedicaba a la pintura desde joven, pero tras mudarse a Nueva York decidió meterse de lleno en el mundo de la moda. Empezó como ayudante en una reconocida casa de moda, pero sus habilidades artísticas rápidamente le ganaron un lugar como diseñador de vestuario. Su pensamiento fuera de lo convencional lo convirtió en el diseñador favorito de muchas actrices y cantantes, y pronto las más grandes marcas lo buscaron para colaboraciones. Roy tuvo muchos altibajos en su carrera, pero siempre mantuvo su originalidad y su estilo. Además de su trabajo en la moda, es un ávido lector y un gran amante de la música. Roy no tiene hijos, pero vive rodeado de amigos y compañeros de trabajo con quienes comparte su pasión por el arte. Aunque hoy en día mantiene un perfil bastante bajo, sus diseños y clásicos en la industria de la moda siempre serán recordados.
Un día soleado, mientras Betty-kean caminaba por el parque con su perro, escuchó una voz masculina hablando en inglés. Intrigada, se acercó y vio a Roy-sedley hablando por teléfono en una de las bancas. Betty-kean no hablaba inglés con fluidez, pero eso no la detuvo para saludar a Roy-sedley con una sonrisa. Él, sorprendido, se presentó y le preguntó si le gustaría acompañarlo a un café. Betty-kean aceptó y disfrutaron de una agradable conversación en la que descubrieron tener varios intereses en común. Desde entonces, se volvieron inseparables y comenzaron una relación que duró por muchos años. Todavía recordaban aquel primer encuentro en el parque como algo mágico e inesperado.
Roy y Sheila se conocieron en una cena para solteros que fue organizada por un amigo en común. Desde el momento en que se vieron, ambos sintieron una fuerte atracción el uno por el otro. Durante la cena, hablaron de sus intereses y descubrieron que tenían muchas cosas en común. Cuando llegó el momento de irse, Roy y Sheila intercambiaron números de teléfono y acordaron tener una cita en una semana. Esa primera cita fue tan maravillosa que acordaron tener otra, y así hasta que finalmente se enamoraron. Desde entonces, Roy y Sheila han estado juntos y felices, demostrando que el amor a veces puede surgir en los lugares más inesperados.