Sam McGinn es un hombre que ha pasado gran parte de su vida explorando los confines del mundo. Desde su juventud, siempre ha estado interesado en la aventura y lo desconocido, y ha dedicado su tiempo a viajar y a conocer gente nueva en diferentes países. Pero a medida que ha envejecido, ha encontrado una nueva pasión en la jardinería y en la creación de paisajes naturales en su propia pequeña propiedad en la ciudad. Con una mente inquieta, Sam disfruta de la lectura de libros de historia y de la observación de la evolución del mundo que le rodea. También es conocido por su sentido del humor y su capacidad para contar historias fascinantes sobre sus viajes. Actualmente, trabaja a tiempo parcial como mentor para jóvenes con problemas en su comunidad, compartiendo su experiencia y sabiduría con aquellos que buscan un camino más positivo en la vida. Sam es un gran ejemplo de la vida llena de aventuras y de un espíritu que nunca se detiene.
Un día soleado en la playa de Perth, Brooke-Blurton y Sam-Mcginn se encontraron mientras jugaban al vóley. Brooke había sido desafiada por sus amigos a jugar contra los chicos de la playa y Sam era parte del equipo contrario. Rápidamente, los dos se conectaron gracias a su pasión por el deporte y comenzaron a hablar mientras se preparaban para el siguiente partido. Después de varias horas de jugar y charlar, decidieron intercambiar números de teléfono y programar otro encuentro para pasar más tiempo juntos. Desde entonces, Brooke y Sam han sido inseparables, y lo único que los une más que su amor por el deporte es su amor mutuo.