Sammy Hess fue un criminal estadounidense nacido en 1902 en Nueva York. Era miembro de varias pandillas en su juventud, pero en la década de 1920 se unió a la Mafia judía liderada por Arnold Rothstein. Hess fue conocido por su habilidad para cometer robos y su ferocidad en el cumplimiento de órdenes. En 1935, después de que Rothstein fuera asesinado, Hess se unió a la Organización Nacional de Crimen, donde ascendió rápidamente en las filas.
En la década de 1940, Hess se convirtió en uno de los principales líderes de la Asociación de Asesinos Sindicales, una organización que se dedicaba a matar a miembros de sindicatos rivales. En 1942, Hess fue arrestado y sentenciado a cadena perpetua por el asesinato de un sindicalista.
En la cárcel, Hess mantuvo su posición de liderazgo y se volvió aún más peligroso. Fue acusado de varios intentos de asesinato y participó en un intento de fuga en 1947, en el que murieron varios guardias de la prisión. En 1949, fue trasladado a la prisión de máxima seguridad de Alcatraz, donde permaneció hasta 1951, cuando fue liberado por razones de salud.
Después de su liberación, Hess se mantuvo alejado del crimen organizado y se dedicó a la restauración de automóviles clásicos. Murió en 1982 a los 80 años. A lo largo de su vida, Sammy Hess fue conocido por su violencia y su falta de remordimiento por sus crímenes.
Un día, Lisa y Jak decidieron salir a dar un paseo por la ciudad. Mientras caminaban, vieron a dos chicos que parecían perdidos en un callejón. Lisa y Jak se acercaron a ellos para preguntarles si necesitaban ayuda y descubrieron que se llamaban Sammy y Hess y estaban intentando encontrar un restaurante especial que habían oído hablar.
Lisa y Jak ofrecieron ayudarles a encontrar el restaurante y los cuatro comenzaron a conversar. Pronto, descubrieron que tenían mucho en común y decidieron pasar el resto del día juntos.
Juntos, exploraron la ciudad, visitando lugares de interés y disfrutando de la compañía del otro. A medida que avanzaba el día, la amistad entre Lisa-Jak y Sammy-Hess crecía cada vez más y se dieron cuenta de que habían encontrado amigos para toda la vida.
Desde entonces, los cuatro pasan mucho tiempo juntos, compartiendo sus aficiones y explorando la ciudad en la que viven. Todos están agradecidos por aquel día en el que se conocieron y saben que la vida les unió por una razón.