Sandy Sturges era una mujer fuerte y decidida que siempre había sido apasionada por el arte y la literatura. Desde joven, demostró una gran habilidad para la escritura y, aunque estudió diseño gráfico en la universidad, nunca dejó de lado su amor por las letras. Tras trabajar varios años en publicidad, decidió abandonar su trabajo estable para dedicarse completamente a escribir. Pasó largas horas sentada frente a su ordenador, creando historias y construyendo mundos imaginarios que cautivaban a sus lectores. A pesar de los altibajos que encontró en su camino, Sandy nunca dejó de perseguir su sueño y de creer en sí misma. Con el paso del tiempo, se convirtió en una reconocida autora de varios bestsellers y fue invitada a dar charlas y conferencias en diferentes partes del mundo. Pero, para Sandy, lo más importante no era la fama ni el éxito, sino la satisfacción de haber encontrado su verdadera vocación y de ser capaz de transmitir a través de sus escritos el amor y la pasión que sentía por la vida.