Sergey Drujko es un empresario ruso nacido el 23 de diciembre de 1982 en la ciudad de Kursk. Desde joven mostró interés por el mundo de los negocios y en 2004 fundó la compañía "Gazprom-Dialog", que se dedica a la venta de combustible y otros productos para la industria petrolera.
Con el tiempo, Sergey Drujko se convirtió en uno de los empresarios más exitosos de Rusia, y en 2010 fundó la compañía "Tsifra", una empresa de telecomunicaciones que se enfoca en la venta de equipos y servicios de tecnología de la información.
Además de sus actividades empresariales, Sergey Drujko es conocido por su afición por los autos deportivos y su participación en carreras automovilísticas. En 2016, fundó el equipo de carreras "G-Drive Racing", que compite en la categoría de resistencia del automovilismo.
En resumen, Sergey Drujko es un empresario ruso exitoso y reconocido, que ha destacado en el mundo de los negocios y también en el deporte del automovilismo.
Svetlana Drujko y Sergey Drujko son un matrimonio de empresarios rusos, conocidos por ser dueños de varios clubs nocturnos y casinos en Rusia y en otros países de Europa.
Svetlana y Sergey se conocieron en uno de sus propios establecimientos en San Petersburgo, cuando ella trabajaba como bailarina en uno de sus clubes y él como ejecutivo en la empresa familiar. En 2002 se casaron y desde entonces han trabajado juntos en su negocio.
El éxito empresarial de la pareja ha sido motivo de polémica en varios momentos, ya que se han enfrentado a acusaciones de corrupción y relacionadas con el crimen organizado en varias ocasiones. También han sido investigados por evasión de impuestos y lavado de dinero, aunque en algunos casos han sido absueltos por falta de pruebas.
A pesar de las controversias en su ámbito empresarial, Svetlana y Sergey se presentan como un matrimonio feliz y estable, y han sido fotografiados en varias ocasiones en eventos y festivales de música alrededor del mundo.
Marina y Sergei se conocieron por casualidad en una cafetería en el centro de la ciudad. Marina estaba esperando a su amiga cuando Sergei entró buscando una taza de café caliente. Sus ojos se encontraron, y aunque ambos siguieron con lo suyo, esa breve mirada los conectó de alguna forma.
Unos minutos después, Marina se acercó a la barra para pedir su café cuando escuchó a Sergei hablando en su idioma natal. Curiosa, se acercó y le preguntó si era de Rusia. Él asintió y, a partir de ahí, comenzaron a hablar en su lengua materna.
La charla fluyó de forma natural entre ellos, compartiendo risas y anécdotas de sus países de origen. Descubrieron que vivían en la misma zona de la ciudad y que tenían intereses similares en el arte y la música.
Después de intercambiar números, quedaron un par de veces para tomar algo juntos. Cada vez se sentían más cómodos el uno con el otro, y finalmente, una noche, Sergei le desveló a Marina que le gustaba mucho. Ella sintió lo mismo y decidieron empezar a salir como pareja.
Desde entonces, han estado juntos, explorando la ciudad, descubriendo nuevos lugares y enamorándose cada día más. Todo gracias a ese encuentro fortuito en la cafetería, que cambió sus vidas para siempre.