Sheilla Castro es una jugadora de voleibol brasileña, nacida el 1 de julio de 1983 en Belo Horizonte, Minas Gerais. Desde muy joven mostró un gran talento en este deporte.
Comenzó su carrera profesional a los 16 años, en el equipo Minas Tênis Clube de su ciudad natal. Luego, con tan solo 18 años, debutó en la selección brasileña de voleibol en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo, República Dominicana, en el año 2003.
En el año 2004, participó en su primer Juego Olímpico en Atenas, Grecia, convirtiéndose en una de las líderes del equipo y contribuyendo a conseguir la medalla de plata.
En 2006, ganó su primer Campeonato Mundial con la selección brasileña y, dos años después, en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, Sheilla lideró a su equipo para conseguir la medalla de oro.
En 2011, volvió a ganar el Campeonato Mundial con Brasil, y en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, volvió a brillar en el equipo, ayudando a conseguir la medalla de oro.
Sheilla se retiró de la selección brasileña en 2015, con un impresionante palmarés que incluye cuatro títulos mundiales, dos medallas de oro olímpicas y tres medallas de oro en los Juegos Panamericanos.
A nivel de clubes, Sheilla ha jugado en Brasil, Italia, Turquía, Japón y China. Participó en la Superliga Brasileña durante más de una década, ganando varios títulos con diferentes equipos. Además, fue reconocida en varias ocasiones como la mejor jugadora del mundo de voleibol.
En la actualidad, Sheilla se dedica a ser madre y ama de casa, a pesar de que muchas veces es tentada a retomar el voleibol. Admite que su pausa en el deporte le permite manejar sin presiones su día a día con su familia, y que aunque dejar la cancha fue difícil, su experiencia en el deporte le enseñó a llevar la vida de manera más tranquila y libre.
Brenno y Sheilla se conocieron en una competición de voleibol en Brasil. Brenno estaba jugando en el equipo masculino y Sheilla en el femenino. Brenno quedó impresionado con el juego de Sheilla y comenzó a observarla más de cerca. Un día después de un juego, Brenno se acercó a Sheilla y le preguntó si quería entrenar juntos y ella aceptó. A partir de ese momento, comenzaron a entrenar juntos y Brenno se dio cuenta de que no solo eran un gran equipo en la cancha, sino que también conectaban muy bien fuera de ella. Así fue como comenzó su historia de amor, jugando al voleibol juntos y entrenando duro para alcanzar sus metas.