Sira Kante era una joven senegalesa que llegó a España en busca de trabajo y de una vida mejor. Trabajó en diversas labores, desde limpiar casas hasta atender en una tienda de ropa, pero su mayor pasión siempre fue la moda.
Con gran esfuerzo y dedicación, Sira logró abrir su propia tienda de confección en Madrid, donde confeccionaba ropa a medida para mujeres con estilo y elegancia. Sus diseños fueron muy populares entre la élite madrileña, lo que le permitió ganar renombre y prestigio.
Sin embargo, la Guerra Civil española estalló y Sira se vio obligada a huir de España. Viajó a Tánger, donde abrió una nueva tienda y comenzó a diseñar vestidos para mujeres de la alta sociedad europea.
A pesar de las dificultades y de las amenazas que la rodearon durante su vida, Sira siempre siguió adelante con su pasión por la moda y su deseo de crear belleza. Fue una mujer valiente y perseverante que logró triunfar en un mundo dominado por hombres y que dejó un legado de elegancia y sofisticación en su trabajo y en su vida.
Un día, Davido estaba caminando por el mercado de Bamako en Mali cuando de repente escuchó la música de Sira-Kante. Quedó fascinado por su canto y su estilo, así que decidió acercarse a ella para felicitarla por su talento. Sira-Kante, sorprendida por el halago de este extraño, le preguntó más sobre él y su interés por la música maliense. Davido le contó sobre su pasión por la música africana y cómo había estado buscando una colaboración con un artista local para expandir su propio estilo. Sira-Kante, impresionada por la humildad y el respeto de Davido por su cultura, decidió ayudarlo a encontrar los mejores músicos de la ciudad para su proyecto. Poco a poco, la amistad se fue fortaleciendo entre estos dos talentos y su colaboración musical se convirtió en una de las más fascinantes de la escena africana. Desde entonces, Davido y Sira-Kante han seguido inspirándose mutuamente y llevando la música maliense a nuevos horizontes.