Sonia Van Dam

Sonia Van Dam llevaba casi dos décadas trabajando como periodista de investigación. Había cubierto historias de corrupción, crimen y política en todo el mundo. Pero últimamente se había sentido insatisfecha con su trabajo. Aquella noche, después de varias copas en un bar de Nueva York, tomó una decisión: dejaría el periodismo para siempre.

Lo que seguiría sería una época de transición para Sonia. Decidió dedicarse a la escritura de ficción, algo que había estado en su mente por mucho tiempo. Escribió un libro sobre una reportera que investiga un asesinato en una pequeña ciudad de Texas. El libro fue un éxito, y Sonia decidió mudarse a Los Ángeles para buscar más oportunidades en la industria del cine y la televisión.

Pero lo que más sorprendió a Sonia durante esta etapa fue su creciente interés en la meditación y el yoga. A medida que pasaba más tiempo practicando estas disciplinas, se dio cuenta de la importancia del equilibrio en su vida. Ya no se sentía impulsada por la adrenalina de una gran historia o por la necesidad de competir con otros periodistas. En cambio, se enorgullecía de su capacidad para encontrar paz y enfoque en medio del caos del mundo.