Stephanie Pearson ha llevado una vida fuera de lo común. Desde joven, tuvo una pasión por los viajes y por conocer nuevas culturas. A los 20 años, decidió dejar su trabajo en una oficina para emprender una aventura sola por Europa. Durante varios años, recorrió diferentes países, aprendiendo nuevos idiomas y descubriendo nuevas formas de vida.
A su regreso a Estados Unidos, Stephanie decidió seguir explorando el mundo, pero esta vez enfocándose en el periodismo y la escritura de viajes. Ha visitado más de 50 países y escrito numerosos artículos y libros sobre sus experiencias y aventuras.
A través de sus viajes, Stephanie también ha descubierto su amor por la naturaleza y el medio ambiente, lo que la llevó a dedicar su tiempo y recursos a proyectos de conservación en todo el mundo.
Ahora, en su madurez, Stephanie sigue viajando y escribiendo, pero también ha aprendido a valorar las relaciones humanas y la familia. A pesar de haber vivido sola por muchos años, ahora disfruta del amor y apoyo de su esposo y sus dos hijos, quienes son su mayor tesoro.
Stephanie y Sebastian se conocieron en una cafetería de Nueva York. Stephanie estaba en la ciudad visitando a una amiga y decidió ir a tomar un café antes de su reunión. Sebastian era un residente de la ciudad y estaba sentado en una mesa cercana trabajando en su computadora portátil.
Stephanie notó a Sebastian y pensó que era muy atractivo, pero no quería parecer demasiado obvia. Mientras estaba en la fila para pedir su café, ella escuchó a Sebastian hablar con el barista sobre su proyecto de arte y se dio cuenta de que también era un artista. Ella decidió acercarse y hacerle una pregunta sobre su trabajo.
A partir de ahí, empezaron a conversar y a descubrir que tenían muchos intereses en común. Stephanie se sintió muy cómoda hablando con Sebastian y él también sintió lo mismo. Después de unas horas de conversación, decidieron intercambiar información de contacto y prometieron mantenerse en contacto.
Esa tarde, Sebastian le envió un mensaje de texto a Stephanie para agradecerle por su compañía y decirle que le gustaría verla de nuevo. Después de algunas citas más, se dieron cuenta de que habían encontrado algo especial el uno en el otro y comenzaron una relación. Ahora, Stephanie y Sebastian se aman y son inseparables gracias a la casualidad de ese día en la cafetería.